domingo, 17 de agosto de 2008

Rota, la playa familiar

Sigo en Rota, en la playa, con un montón de gente en casa y buscando algún metro cuadrado libre y algún rincón del día para escribir mi novela y todos los artículos que me he comprometido a mandar aquí y allá y que, como siempre, entrego tarde y teniendo que hacer esfuerzos olímpicos para acabarlos. El Infierno no existe, pero yo voy a ir a él, porque no hago más que contar mentiras: "¿Que no te ha llegado el texto? ¡Pero si te lo mandé ayer!" Menos mal que la revista la dejé medio hecha en junio, y la rematé los días de julio que estuve en Madrid, al volver de Costa Rica y antes de bajarme a Cádiz. Así que el número de septiembre de Cuadernos hispanoamericanos está casi listo, con las colaboraciones que me han enviado estos días y que yo he mandado a la redacción y a la imprenta. Aquí siguen también los amigos, a los que siempre da gusto ver pero que se llevan parte del tiempo. Qué se le va a hacer, uno ya está acostumbrado a que escribir sea una cuenta atrás y a hacerlo en cualquier momento y en cualquier parte: hoteles, salas de espera, trenes, aeropuertos... Pero estoy contento con toda la gente que quiero alrededor, y en este instante me ds una especie de paz mental saber que duermen en las otras habitaciones de la casa mis hijos, mi madre, mi novia y su hijo. Me sigue pareciendo que el verano pasa demasiado deprisa.

1 comentario:

lunik dijo...

Buscando poesía tuya en la web, curioseando llegue a tu blog. Ojalá llegue a lima alguna vez tu trabajo en prosa, te felicito mucho por lo hecho en poesía que realmente toca mi corazón. Lo de cuadernos hispanoamericanos me recuerda a la epoca de bachillertao , a mi monografía sobre lorca , espero encontrarlo en la web. Saludos!