lunes, 30 de diciembre de 2013


Leyendo las noticias de los atentados de Volgogrado y la oferta de los presos de ETA en España, me he acordado de este poema de Marea humana, que intenta imaginar cómo será por dentro el fanatismo.



EL TERRORISTA


Soy un hombre que lleva el infierno en las manos.
Soy la justicia,
el dueño de la muerte.
Soy el que va a enseñaros a leer el dolor,
a descifrar su oscuro jeroglífico.

Mi Dios
                        que puso tinta roja en las amapolas;
que sumó luz y música para crear los ríos,
me manda castigaros.

A vosotros
                        que sois los hijos de la usura,
la raíz negra de las cosas blancas.
A vosotros
que habláis
con palabras que son
sombras de la serpiente;
que vendéis cielos
                                   y compráis banderas
y destruís los ídolos para adorar sus ruinas.

Mi Dios
                        que pensó el oro musculoso del tigre;
mi Dios que hace y deshace este reino de arena,
me da el poder,
me envía a destruiros.

Ya se acercan las llamas.
Ya cae la lluvia roja.
Ya sale la verdad de entre mis manos.

Ha llegado el momento.

Dios elige a sus mártires
como el puñal inventa al asesino.

martes, 24 de diciembre de 2013



UN PROFESOR ES ALGUIEN QUE HABLA EN LOS SUEÑOS DE OTRO

(En la tumba de W. H. Auden en Kirchstetten, Austria)


Imagina unos versos. Después, ponte a buscarlos
como si fueran tuyos y estuviesen perdidos;
intenta adivinarles las palabras
como el que huye trata de predecir los pasos
de quienes lo persiguen; y procura que en ellos
se detenga el idioma
                                 igual que el agua
se vuelve hielo para dejarse acariciar.

Que tu poema sepa algo que ignoras;
que no te necesite; que encuentre al mismo tiempo
lo que nadie soñaba y lo que buscan todos;
que cuando ya no estés
                                     oculte que te has ido,
se haga pasar por ti.

No escribas si lo puedes hacer como cualquiera
pero no como tú;
si al repetir
lo que dijeron otros
no dices otra cosa;
si en tus libros no se oyen los libros que leíste,
como en un apellido
                                  se escucha galopar
                                                                 a los antepasados.

Que tu poema esté a medio camino
entre tú y yo
                      lo mismo que una estatua
entre el cuerpo y la roca;
que ponga lo intocable en nuestras manos;
que logre que se queden las cosas que se van.

(Eso es lo que me dijo Auden junto a su tumba.
Nevaba sobre Kirchstetten, en los Bosques de Viena,
y yo soñé
                que un día
alguien pondrá unas rosas debajo de mi nombre
y encima de estos versos que escribo para ti.)



miércoles, 18 de diciembre de 2013




Amig@s de Leganés y alrededores: mañana, a las 19´15, presentación de Ajuste de cuentas y Qué escondes en la mano, en la librería La Libre de Barrio.

martes, 17 de diciembre de 2013



Ahorro ideológico



                            La palabra ilustración resume el siglo XVIII y la palabra revolución caracteriza el XIX. El siglo XX cabe en la palabra guerra y en estos momentos nadie duda que el XXI será recordado con la palabra crisis. La crisis del sistema capitalista y de su Estado del bienestar, en todos sus extremos: político, económico y moral. El mundo sigue partido en dos mitades, como siempre, a un lado los ricos y al otro todos los demás, en un arco que va desde la clase media, hoy en vías de extinción, hasta los pobres; pero la distancia entre ellas es cada vez más grande y los puentes que las comunicaban se han ido destruyendo hasta construir una sociedad sin esperanza, en donde la otra orilla vuelva a ser lo contrario del río. Mientras el desempleo afecta ya al veinticinco por ciento de la población activa y amenaza con llegar hasta el cuarenta, un estudio llevado a cabo por Credit Suisse augura que en el año 2017 el número de millonarios en España –es decir, el de personas que tengan una fortuna superior al millón de dólares- se multiplicará por dos y pasará a ser de seiscientos dieciséis mil. Los palacios han caído, pero eso no significa que sus dueños no puedan hacer un buen negocio con la venta de sus ruinas, y para demostrarlo no hay más que ver las montañas de dinero que se han llevado a sus casas los directivos de algunos bancos y cajas de ahorro, mientras con una mano estrangulaban a sus clientes y con la otra le pedían dinero al Estado para no caer en la quiebra. Un agravio comparativo nada raro, por desgracia, en un país donde, según The New York Times, mientras los impuestos y los recortes masacran a los ciudadanos normales, los más acaudalados defraudan a Hacienda cuarenta y cinco mil millones de euros al año, una cantidad que si no se perdiese en paraísos fiscales, sicav y cuentas offshore, alcanzaría para financiar la Sanidad y la Educación públicas del país. Aunque el saqueo es global: en su último libro, El precio de la desigualdad, el premio Nobel de economía, Joseph E. Stiglitz, explica que la razón de que el 1% de la población posea lo que el 99% necesita es la manera en que los mercados no distribuyen los beneficios, sino que los ponen en manos de una minoría para la cual el resto de los habitantes del planeta sólo podemos ser tres cosas, dependiendo de si sus negocios van bien, regular o mal: mano de obra, bestias de carga o, en los peores casos, carne de cañón.
                            La reacción general ante el naufragio del sistema ha pasado de la incredulidad al desánimo y de ahí al miedo, la parálisis y la ira. Pero sobrevivir es ir aprendiendo las reglas nuevas según cambia el juego, y mucha gente empieza a ver que aunque el ajuste de cuentas del que le hablan día y noche a veces tiene que ver con la economía y a veces con la ideología, resulta evidente que aquí de lo que se está hablando es de dinero, y se extiende la idea de que la única forma de enfrentarse al dinero es pagarle con la misma moneda. El descenso brutal del consumo, especialmente desde que el Gobierno hizo lo que siempre hacen los ejecutivos sin recursos ni argumentos, subir el IVA, se puede interpretar como un método de ahorro, pero también como un modo de protesta. Es lo que podríamos llamar ahorro ideológico: reducimos hasta el límite de lo soportable los gastos y el plan le sale mal a estos legisladores abusivos que lo basan todo en la explotación de los contribuyentes y cuya única medicina es dejar sin trabajo a medio país, como si el modo de que el barco no se hunda fuera tirar a los remeros por la borda. Han engañado a todo el mundo, decían que eran cirujanos, pero sólo son leñadores. Y ahora ha llegado el momento de defenderse de ellos a su modo: nuestras tijeras contra las suyas.
                            El primer indicio de este comportamiento se vio cuando fue anunciada la reducción de la velocidad en las autopistas de 120 a 110 kilómetros por hora. Los conductores, hartos de que los esquilmen con ese método de recaudación bajo cuerda que son muy a menudo las sanciones de tráfico, levantaron de forma tan masiva el pie del acelerador y la recaudación de las multas cayó tan en picado, en torno al 25%, que la DGT puso de nuevo el límite donde estaba. Los sermones sobre la seguridad de los usuarios y las reservas de combustible, pasaron a mejor vida.
                            Un segundo ejemplo notable de este proceso de rebelión ante el expolio, es el de las carreteras de peaje que se quisieron implantar, entre otros sitios, en la Comunidad de Madrid, y que han supuesto un fracaso absoluto: las previsiones eran que pasarían 35.ooo coches diarios por ellas, pero no lo hacen ni 2000, con lo que el supuesto buen negocio ha sido un desastre y la deuda que han acumulado las empresas del sector ya supera los 4000 millones de euros. El precio de la gasolina, por su lado, no deja de subir, pero el repostaje ha descendido, hasta el momento, más de un 11%.
                            El último episodio, por ahora, de esta insurgencia de bolsillos hacia dentro, que trata de resistir el ataque de un Gobierno despiadado cuyo presidente sólo sabe hacer dos cosas, las que le mandan y las que juró que nunca haría, ha sido la caída de un 12% en las ventas del pequeño comercio, que acumula veintiocho meses consecutivos de pérdidas, lo cual ha impedido que la subida del IVA esté siendo tan rentable como esperaban sus gestores, pero también es un drama que pone al borde de la desaparición a muchos empresarios autónomos. Las previsiones de cara a las fiestas de Navidad no pueden ser más lúgubres, ni más profunda la convicción de que, hoy más que nunca, los justos pagan las culpas de los pecadores, salvo para el presidente de la Conferencia Episcopal, quien opina que el déficit cae del cielo como una plaga de langostas al servicio de Dios y es nuestro castigo por darle la espalda a la iglesia y adorar al becerro de oro.

                            Y ya hay otras iniciativas en marcha, como la de que miles de clientes saquen todo el dinero que tengan en cualquier banco que desahucie a una familia sin recursos. O la de no comprar lotería de Navidad para reducir las ganancias del Estado en ese terreno. Todas ellas dejan claro que el dinero se ha acabado, pero la paciencia también. Porque estamos empezando a recordar que la mejor manera de resistencia es defenderse con las mismas armas con que te atacan. Aunque sean de doble filo. El ahorro ideológico es hacer que cada euro que no se gasta sea un mensaje: hasta aquí habéis llegado.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

1

Vigila las garras del león mientras acaricias su melena.


2

Si no imaginas lo desconocido, no podrás reconocerlo.


3

No hay vida más vacía que una tumba sin flores.


4

No conoces los sitios de los que no te alejas.


5

Perseguir es huir hacia otro.

6

Al final, los recuerdos duran más que el pasado.


7

Lo que es verdad al pie de la montaña, en la cumbre es mentira.


8

El cocinero hace lo mismo que el poeta: que los alimentos recuerden su sabor.


9

La oscuridad sólo te da lo que tú mismo le robas a la luz del día.

10

Una hazaña no puede ser sencilla, porque entonces sería sólo un éxito.


11

El vanidoso cree que sólo con seguir sus propias huellas, llegará a la cima.


12

Hay dos maneras de hacer ver a los demás algo que no sabían: inventarlo o descubrirlo.


13

Las personas independientes son las que pueden elegir a quién necesitar.


14

No ir a un sitio ya es alejarse de él.


15

La abeja es el pasado de la miel.


16

Lo imposible nunca cambia.


17

Tener recuerdos no es tener memoria.


18

El vacío está lleno de los que caen a él.


19

Los enemigos dignos te hieren cara a cara; los cobardes te hieren en los otros.


20

El que se habla a sí mismo, casi engaña al silencio.


21

Deja de buscar las llaves, inventa otra puerta.


22

El pasado no puede ir más deprisa.


23

Cada cosa que aprendes es una mentira menos que te pueden contar.


24

Hasta el día más triste se termina a las doce.


25

La codicia es la escoria del deseo.


26

Mirar es más fácil que ver.


27

No se puede ser uno mismo a solas.


28

El éxito alimenta; la fama devora.


29

Se echa de menos más a quien sabe irse a tiempo.


30

Si quieres descubrir algo, no sigas la flecha.


31

A la hora de ser yo, soy uno más.


32

Tarde o temprano, toda promesa se convierte en un malentendido.


33

Codiciar no es querer.


34

Inventa lo que sabes de ti mismo.


35

Escribir es copiar del natural aquello que aún no existe.


36

¿Qué esconde en el lugar del corazón el que dice que te habla con él en la mano?


37

La libertad se alcanza siempre huyendo.


38

Ser honesto es ser pobre a largo plazo, en este mundo oscuro.


39

El pesimismo es la sala de máquinas de la mala suerte.


40

Déjate ver por el libro que lees.


41

Los que se van, hablan con el cuchillo de la palabra adiós entre los dientes.


42

No importa contra quiénes luchas, sino por qué.


43

Ahora sé que no huía para escapar: lo hice por que tú me buscaras.


44

La paz es siempre injusta con los muertos.


45

Cuando me faltas tú, me sobra todo.


46

Todo ocurre dos veces en el camino por donde alguien huye y otro le persigue.


47

Escribir es bajar a un pozo en busca de una manera de escapar de él.


48

Hay palabras que sirven tan sólo para herir al que las oye o al que se las calla.


49

Qué importa que no mientas, si te has equivocado de verdad.


50

Nadie más atrapado que aquel que se detiene ante el muro caído.


51

Las lágrimas son el deshielo del dolor.


52

Si te olvidé una vez, te puedo olvidar siempre.


53

El patriotismo es un fenómeno local.


54

Seguía en pie tan sólo porque no le quedaba un sitio donde caer.


55

A veces el tesoro te desentierra a ti.


56

El camino más largo es el que más asusta a los que te persiguen.


57

¿Hasta qué punto eres tú en persona el que escribe las cosas que un poema te conduce a decir?


58

Lo inevitable está lleno de contradicciones.


59

El amor es un artefacto de fabricación casera.


60

Intenta adivinarle las palabras al poema que escribas, como el que huye trata de imaginar los pasos de quienes lo persiguen.


61

Equivoqué los pasos, pero acerté el camino.


62

Las casualidades tienen su lógica.


63

La envidia es la admiración por las malas.


64

Sólo me gustaría que hiciéramos las cosas que mis poemas quieren contar de ti y de mí.


65

Que lo que escribas no te necesite. Que pueda explicarse por sí solo.


66

Hay personas que están juntas porque se quieren y personas que no se separan porque se han querido. Lo peor es que suelen ser las mismas.


67

Sabrás si has ganado o has perdido cuando a tu victoria le restes tus cicatrices.


68

Si tú no vas a ninguna parte, yo no tendré dónde buscar tus huellas.


69

Hay quien confunde triunfar con elegir los fracasos.


70

Los culpables no deben pagar las culpas de los inocentes.


71

En el amor, lo que no es una nube es simplemente humo.


72

Hay días que no quiero formar parte de mí.

73

Luchar contra ti mismo te enseñará a perder.


74

Se admira cara a cara; se envidia a traición.


75

Sabrás quién es si sabes lo que quiere. Si sabes lo que haría por lograrlo, sabrás en quién se puede convertir.


76

Un verdadero amigo es alguien a quien llamas cuando no tienes nada que decirle.


77

Desde que me he cambiado de mi camino al tuyo, sólo quiero que no se encuentren nunca el que soy y el que fui.


78

Fuiste lo único bueno que me pasó en tu vida.


79

No quieras saber más: yo era el Benjamín Prado equivocado y ellas no fueron tú. Con eso basta.


80

Hay gente que no está para siempre contigo sólo porque lo quiso estar antes de tiempo.


81

Cuando la inspiración te hable al oído, escribe un poema que la haga callar.


82

¿Cuánto se parece matar a alguien a ser su razón para morir?


83

Acariciarte ha sido tocar lo inalcanzable.


84

Los dos primeros pasos del que deja su casa ya son el primer metro de otra vida.




Este sábado, en Cabañas de Polendos, Segovia, para la gente de por allí y los que queráis acercaros desde Madrid, se me ocurre un plan chulo para el fin de semana: cena, copa y rock & poetry.

sábado, 16 de noviembre de 2013



Otra foto, distinta de la que puse en facebook, de la visita a la tumba de Borges en Ginebra.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

El neoliberalismo es lo contrario de Agatha Christie


             El neoliberalismo es lo contrario de Agatha Christie. Y de Conan Doyle. Y de Raymond Chandler, Dashiell Hammett, Patricia Highsmith y los demás. El neoliberalismo, si es que así es como podemos llamar a esta ideología cuyo fin no es otro la demolición de las clases medias, ha inventado el crimen sin culpables. Así de sencillo. Y gracias a eso, por terribles que sean los atentados que cometa la aristocracia del dinero contra la humanidad en general, a la que ha tomado al abordaje y con un cuchillo entre los dientes, ninguno de los suyos es condenado y todos sus delitos, da igual el número de víctimas que causen, se quedan al otro lado de la palabra más terrible de todas las que forman el diccionario: la palabra impunidad, un sustantivo que hasta hace poco caracterizaba a las dictaduras y, por lo tanto, era lo contrario de la democracia, pero ya no: ahora quienes debían levantar la voz están amordazados y tienen las manos atadas, y eso incluye a la mayoría de los políticos y los medios de comunicación. La verdad corre de boca en boca, pero no llega a los micrófonos del Congreso.
             No hay más que ver lo que ocurre en España: la muerte de setenta y cinco personas en Turkía, a bordo de un Yak-42, no tuvo ninguna consecuencia, no dio lugar a ninguna dimisión ni a ninguna condena; del accidente de un tren Alvia en Santiago de Compostela, que dejó ochenta fallecidos o de la tragedia del Madrid-Arena, en Madrid, se puede decir lo mismo; la estafa masiva que Bankia o Caja Madrid hizo a miles de ciudadanos, se ha saldado, hasta el momento, con un fin de semana en prisión de uno de sus presidentes y un castigo ejemplar al juez que se atrevió a detenerlo; y cuando su sucesor en el cargo es increpado, de mejor o peor manera, en el Parlament de Cataluña, sale de allí vestido de víctima y con la mano de la jefa del PP por encima del hombro. Y ahora se viene a sumar a la lista la sentencia del Prestige, tras once años de deliberaciones: no hay ningún culpable y parece que el tiempo, las energías y el dinero gastado en este larguísimo proceso sólo ha servido para crear una nueva figura: la del blanqueador de catástrofes. En juez dice en sus conclusiones que quienes decidieron alejar el barco de la costa lo hicieron "para salvar vidas", pero ¿a qué vidas se refiere, cuando fueron aniquiladas doscientas cincuenta mil aves y millones de peces? Tal vez es que los únicos peces que le importan al tribunal son los peces gordos, y a esos no llegó a alcanzarlos el alquitrán.
             ¿Ocurrirá lo mismo con el resto de los escándalos que nos ennegrecen el país? ¿Con Gürtel, con Noos, con los ERES de Andalucía...? Quiero pensar que no, pero creo que me equivoco. Entre otras cosas, porque quizás el tiempo da y quita razones, pero resulta que el tiempo está de su parte, no hay más que darse cuenta de lo pronto que prescriben en España los delitos económicos, sin duda porque los que roban con la mano derecha son los mismos que redactaron las leyes con la izquierda. Lo tienen todo bajo control. Nuestra única oportunidad es combatirlos unidos. De uno en uno, somos un blanco muy fácil.
  



lunes, 28 de octubre de 2013


       Lou Reed no ha muerto, sólo está escondido
                                

             Hay cosas que jamás debiesen de ocurrir y una de ellas es que Lou Reed haya muerto. Tenía 71 años, pero en el disco que hizo con Metallica hace dos, aparentaba diez menos. Había pasado media vida caminando por el filo de una navaja y de ese modo aprendió a escribir las canciones más afiladas del siglo XX. Era tan buen poeta que supo convertir en canciones desde los textos de Edgar Allan Poe, en The raven, hasta los cuadros de Andy Warholl: el Songs for Drella que escribieron él y John Cale para el pintor, es inolvidable. Lou Reed era tan grande que hasta la Velvet Underground se le quedó pequeña. O al menos, se puede decir de él lo que no puede decirse de muchos, que su carrera en solitario no tiene nada que envidiarle a la que hizo con una banda como ésa, de la que él mismo dijo: "Nuestro primer disco vendió sólo diez mil copias, pero todo el que lo oyó, montó un grupo y se puso a ensayar en el garaje."
             Entre sus discos hay de todo, pero también más de lo que parece: cualquiera puede reconocer en ellos, si esforzarse mucho, las cuatro obras maestras que son, sin lugar a dudas, Transformer, Berlin, New York y Magic and loss; pero a mí me parece que Sally can't dance es también fabuloso y que en Mistral o The bells hay cosas que si en lugar de ser suyas fueran de otro, habrían convertido a ese otro en una estrella.
               Lo vi actuar dos veces. Ninguna de ellas parecía que tuviera muchas ganas de estar allí ni que sintiese excesivo aprecio por nosotros. No me importó en absoluto: cuando uno va a ver a Bob Dylan, a Van Morrison, a Keith Richards, a David Bowie o a él, no necesita que le demuestren o le vendan nada, basta con tener la agradable sensación de que, al menos una vez en la vida, has respirado el mismo aire que uno de los artistas decisivos de su tiempo. Lou Reed era  el dueño del lado salvaje, un chico malo que fue a buscar las respuestas al otro lado de las puertas de la percepción, como las llamó Aldous Huxley, ese sitio del que no volvieron Jimi Hendrix, Janis Joplin o Jim Morrison, pero él fue capaz de regresar, y con lo que encontró allí, compuso algunas de las canciones más ferozmente bellas de la historia del rocanrol. Antes de morir se mató muchas veces, pero no parecía importarle demasiado: “Es sólo otra manera de ver / la espada de Damocles sobre tu cabeza”, escribe en una de las canciones de Magic and loss.
             Dejen de contar tonterías. Lou Reed no ha muerto, sólo se ha escondido detrás de sus canciones. Sólo tienes que poner un disco suyo para que salga de dentro de él lo mismo que Lázaro de su tumba. Resucitar es darle otra oportunidad a la muerte, y él es la clase de tipo que lo haría.

sábado, 26 de octubre de 2013

¿Somos cobardes o sólo estamos asustados?


             Es verdad que, de la noche a la mañana, nos hemos quedado sin mundo bajo los pies. Es verdad que todo lo que considerábamos sólido se ha vuelto líquido y lo que creíamos tener, nos tiene a nosotros, empezando por nuestras casas. También es cierto que alguien que descubre que ha sido engañado se vuelve inseguro y sospecha de sí mismo, quizá se culpa de su ingenuidad o se pregunta por qué no vio venir el golpe y cómo es posible que olvidara ese proverbio árabe que dice: cuando el león te enseñe los dientes, no vayas a creer que te sonríe.
                 Pero nadie ha llegado a ningún sitio escondiéndose, ni las peleas las ganan los que huyen. Entonces, ¿por qué en estos tiempos sin salida tanta gente se deja avasallar sin oponer demasiada resistencia? ¿Por temor, por fatalismo o, más grave todavía, por simple desinterés? ¿Es que los golpes que reciben no van con ellos? ¿Por qué muchas veces unos cuantos nos quedamos casi solos a la hora de defender a tantas personas atacadas sin piedad por este capitalismo feroz que ya no las considera mano de obra sino bestias de carga? ¿Por qué el otro día, por ejemplo, fui a Albacete, a la Universidad de Castilla-La Mancha, a apoyar un acto en defensa de la Educación pública y en el Aula Magna casi todos los presentes eran profesores, pero había tan pocos alumnos? ¿Por qué hoy el Auditorio Marcelino Camacho no estaba abarrotado para oír los poemas y prosas que leíamos unos cuantos escritores contra el desmantelamiento de la Sanidad madrileña? Es sorprendente ir a sitios a luchar por los derechos de personas que no se presentan a la cita, que le dan la espalda no a ti sino al peligro que los acecha, que parecen delegar en otros, tener cosas más importantes que hacer que impedir que los destruyan. Parece que la palabra que lo explica todo es “anestesia.” ¿Qué nos pasa? ¿Es que vuelve a ser verdad aquella frase escalofriante que escribió Unamuno en una carta enviada desde su exilio en Hendaya: ‘La muerte civil cae [sobre España] con el silencio de una nevada.'?  ¿Nos damos por vencidos? ¿Somos cobardes o sólo estamos asustados?
                         Ayer, los periódicos volvían a hablar, en una de sus dos mitades, de las ganancias que han tenido los bancos de nuestro país en estos últimos meses y en la otra recordaban que el crédito sigue sin llegar a los ciudadanos. La realidad ha sido cortada en dos a cuchillo. Todo el mundo lo ha visto esta misma semana: mientras unas noticias decían que el número de millonarios en España ha aumentado un trece por ciento durante la crisis, otras seguían hablando de miles de despidos, de empresas y comercios cerrados. A un lado, se publicaban las cifras azules de la Bolsa y el Ibex 35 y al otro las que informaban de nuevos recortes, más expedientes de regulación, más factorías en peligro de quiebra, empleos cada vez más precarios... Unas páginas se alegraban de la llegada de inversores extranjeros y otras volvían a recordar que muchos compatriotas tienen que emigrar  para sobrevivir. ¿Alguien no se da cuenta de lo que sucede? ¿Alguien no ha comprendido que ellos no van a parar hasta que nosotros los detengamos? Puede que sí y puede que no. Pero yo quisiera saber si vamos a seguir dejando abiertas nuestras puertas o vamos a derribar las suyas. ¿Somos cobardes o sólo estamos asustados?



viernes, 25 de octubre de 2013


Aquí están las dos invitaciones que se han hecho para la nueva presentación en Madrid de "Ajuste de cuentas" y "Qué escondes en la mano", el día 30 en la Fundación 1º de Mayo.

martes, 22 de octubre de 2013

El poema con el que acabé mi intervención de ayer en el 9º Congreso de la Federación de Servicios Públicos de UGT. Ya sé que no es nada del  otro mundo, pero aprendí de mi maestro Rafael Alberti que, en ocasiones, hay que escribir un poema urgente, como él los llamaba, que diga lo que tenga que decir...


NO

No es entregar el mundo al poder de la usura.
No es dibujar dianas sobre los inmigrantes.
No es que la gente busque su cena en la basura.
No es mandar policías contra los estudiantes.

No es que sean los ricos los que escriben las leyes.
No es que paguen los pobres lo que debe el banquero.
No es hacerse los ciegos cuando pasan los reyes.
No es que la empresa sea la cárcel del obrero.

No es echar de su casa al que vive entre ruinas.
No es cobrarle al herido por usar la ambulancia.
No es despedir maestros, ni negar medicinas,
ni utilizar las crisis para marcar distancias.

No es quitarle el subsidio a los desempleados.
No es que el enfermo tenga miedo de las farmacias.
No es dar de beber sangre del pueblo a los mercados.
Eso no es hoy, ni ha sido jamás la democracia.


lunes, 21 de octubre de 2013

Amig@s de Albacete. El miércoles, nos vemos en la Librería Popular a las siete. ¡Hasta entonces!

martes, 1 de octubre de 2013



Y la imagen principal de la entrevista, tomada por Uly Martín para EL PAÍS.

Meditando sobre el amarillo en una de las fotos de la entrevista publicada ayer por EL PAÍS sobre Ajuste de cuentas...

lunes, 23 de septiembre de 2013








Algunas fotos fantásticas de Fernando Andrés, tomadas la otra noche en el rock & poetry de la sala Galileo Galilei, en Madrid, con Rebeca Jiménez y Rubén Pozo. Fue fantástico, lo pasamos pirata. ¡Muchas gracias a todos los que estuvisteis allí, es imposible tener un publico mejor!

viernes, 20 de septiembre de 2013



Y mañana, en la sala Galileo Galilei, rock & poetry con Rubén Pozo y Rebeca Jiménez. Gracias a todos los que ayer llenasteis hasta la bandera la librería Rafael Alberti para ver la presentación de Ajuste de cuentas y Qué escondes en la mano. Fue una tarde muy, muy especial para mí.

jueves, 19 de septiembre de 2013




Esta tarde, por fin, la presentación de Ajuste de cuentas y Qué escondes en la mano.

jueves, 5 de septiembre de 2013

Éstas son las próximas actividades que tendré en Madrid, para los que quieran acercarse.

19 septiembre: presentación de Ajuste de cuentas y Qué escondes en la mano, en la librería Rafael Alberti (calle Tutor).

21 de septiembre: Rock & poetry, con Rubén Pozo y Rebeca Jiménez, en la sala Galileo Galilei.

2 de octubre: lectura de poemas con Joaquín Sabina, teatro sala Mirador (Calle Doctor Fourquet, 31).

domingo, 18 de agosto de 2013


1

Vigila las garras del león mientras acaricias su melena.


2

Si no imaginas lo desconocido, no podrás reconocerlo.


3

No hay vida más vacía que una tumba sin flores.


4

No conoces los sitios de los que no te alejas.


5

Perseguir es huir hacia otro.


6

Al final, los recuerdos duran más que el pasado.


7

Lo que es verdad al pie de la montaña, en la cumbre es mentira.


8

El cocinero hace lo mismo que el poeta: que los alimentos recuerden su sabor.


9

La oscuridad sólo te da lo que tú mismo le robas a la luz del día.


10

Una hazaña no puede ser sencilla, porque entonces sería sólo un éxito.


11

El vanidoso cree que sólo con seguir sus propias huellas, llegará a la cima.


12

Hay dos maneras de hacer ver a los demás algo que no sabían: inventarlo o descubrirlo.


13

Las personas independientes son las que pueden elegir a quién necesitar.


14

No ir a un sitio ya es alejarse de él.


15

La abeja es el pasado de la miel.


16

Lo imposible nunca cambia.


17

Tener recuerdos no es tener memoria.


18

El vacío está lleno de los que caen a él.


19

Los enemigos dignos te hieren cara a cara; los cobardes te hieren en los otros.


20

El que se habla a sí mismo, casi engaña al silencio.


21

Deja de buscar las llaves, inventa otra puerta.


22

El pasado no puede ir más deprisa.


23

Cada cosa que aprendes es una mentira menos que te pueden contar.


24

Hasta el día más triste se termina a las doce.


25

La codicia es la escoria del deseo.


26

Mirar es más fácil que ver.


27

No se puede ser uno mismo a solas.


28

El éxito alimenta; la fama devora.


29

Se echa de menos más a quien sabe irse a tiempo.


30

Si quieres descubrir algo, no sigas la flecha.


31

A la hora de ser yo, soy uno más.


32

Tarde o temprano, toda promesa se convierte en un malentendido.


33

Codiciar no es querer.


34

Inventa lo que sabes de ti mismo.


35

Escribir es copiar del natural aquello que aún no existe.


36

¿Qué esconde en el lugar del corazón el que dice que te habla con él en la mano?


37

La libertad se alcanza siempre huyendo.


38

Ser honesto es ser pobre a largo plazo, en este mundo oscuro.


39

El pesimismo es la sala de máquinas de la mala suerte.


40

Déjate ver por el libro que lees.


41

Los que se van, hablan con el cuchillo de la palabra adiós entre los dientes.


42

No importa contra quiénes luchas, sino por qué.


43

Ahora sé que no huía para escapar: lo hice por que tú me buscaras.


44

La paz es siempre injusta con los muertos.


45

Cuando me faltas tú, me sobra todo.


46

Todo ocurre dos veces en el camino por donde alguien huye y otro le persigue.


47

Escribir es bajar a un pozo en busca de una manera de escapar de él.


48

Hay palabras que sirven tan sólo para herir al que las oye o al que se las calla.


49

Qué importa que no mientas, si te has equivocado de verdad.


50

Nadie más atrapado que aquel que se detiene ante el muro caído.


51

Las lágrimas son el deshielo del dolor.


52

Si te olvidé una vez, te puedo olvidar siempre.


53

El patriotismo es un fenómeno local.


54

Seguía en pie tan sólo porque no le quedaba un sitio donde caer.


55

A veces el tesoro te desentierra a ti.


56

El camino más largo es el que más asusta a los que te persiguen.


57

¿Hasta qué punto eres tú en persona el que escribe las cosas que un poema te conduce a decir?


58

Lo inevitable está lleno de contradicciones.


59

El amor es un artefacto de fabricación casera.


60

Intenta adivinarle las palabras al poema que escribas, como el que huye trata de imaginar los pasos de quienes lo persiguen.


61

Equivoqué los pasos, pero acerté el camino.


62

Las casualidades tienen su lógica.


63

La envidia es el deseo por las malas.