sábado, 22 de junio de 2013



Gran concierto anoche del joven maestro Miguel Poveda en Las Ventas. Qué jefe. Tiene un arco iris en la garganta y a la hora de cantar come con una cuchara en cada mano como dice Vargas Llosa que hacía Neruda. Canta con paladar pero también con hambre, y prueba de todo: tangos, boleros, rancheras, coplas y, naturalmente, flamenco; pero es que además lo hace todo bien y las dos últimas cosas de manera sublime. Aunque cuando se puso mexicano para hacerle un homenaje a Chavela Vargas, nos rajó la camisa. Y hay algo más, su respeto por los maestros, que es emocionante. Cuanto más grande se hace, más de abajo arriba los mira. Aquí os dejo una foto con él.

2 comentarios:

Romano dijo...

Tuve el gusto de verlo en Buenos Aires y es un grande,,,,

Benjamín Prado dijo...

Sí, Romano, es un artista extraordinario. Pero encima es que es un tío genial, humilde, cariñoso, lector de poesía aplicado, que se pone colorado cuando le haces algún piropo. Un modelo a seguir.