lunes, 30 de diciembre de 2013


Leyendo las noticias de los atentados de Volgogrado y la oferta de los presos de ETA en España, me he acordado de este poema de Marea humana, que intenta imaginar cómo será por dentro el fanatismo.



EL TERRORISTA


Soy un hombre que lleva el infierno en las manos.
Soy la justicia,
el dueño de la muerte.
Soy el que va a enseñaros a leer el dolor,
a descifrar su oscuro jeroglífico.

Mi Dios
                        que puso tinta roja en las amapolas;
que sumó luz y música para crear los ríos,
me manda castigaros.

A vosotros
                        que sois los hijos de la usura,
la raíz negra de las cosas blancas.
A vosotros
que habláis
con palabras que son
sombras de la serpiente;
que vendéis cielos
                                   y compráis banderas
y destruís los ídolos para adorar sus ruinas.

Mi Dios
                        que pensó el oro musculoso del tigre;
mi Dios que hace y deshace este reino de arena,
me da el poder,
me envía a destruiros.

Ya se acercan las llamas.
Ya cae la lluvia roja.
Ya sale la verdad de entre mis manos.

Ha llegado el momento.

Dios elige a sus mártires
como el puñal inventa al asesino.

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